#48 | ¿Estás pensando en tu receptor?
Primeras insights de la Pausa eterna: comunicar fuera de instagram + Diario Visual de los días.
A veces me sorprendo a mi misma desmontando cosas que solo dios sabe por qué solita me monté.
Supongo que es el efecto de la comunicación subliminal, del marketing que respiramos cada día, de las redes sociales. De aceptar que las cosas son de tal o cual forma. Que salirse de eso es valiente, o es aislarse y perderse cosas.
Pero, ¿y si lo que verdaderamente nos perdemos está justo donde lo “normal” termina?.
Esta semana habitan en mi muchas reflexiones y contradicciones.
No es algo que me preocupe. Digo, las contradicciones. Desde mi punto de vista, cuando las habitamos, lo importante es poder mantenernos flexibles y ligeros, encontrar una danza propia entre ambos extremos. Fluir, aceptar. Integrar.
Hoy tuve un insight que me tocó fuerte, llenándome de felicidad y libertad creativa:
Fuera de las redes sociales, la dimensión superficial de “Marca Personal” no es tan esencial.
Fuera de las redes sociales, la dimensión superficial de “Marca Personal” no es tan esencial.
Me parece acojonantemente asombroso como hay cosas que compramos compro tan fácilmente en un pack incuestionable. A veces por ignorancia, otras porque no me tomo el tiempo de leer la letra pequeña, literal y simbólica.
Mi propuestas siempre estuvieron acompañadas de esa “necesidad” de acompañar visualmente lo que estaba ofreciendo. Por más que mis espacios y experiencias siempre se sentían un éxito -al menos en mis términos de éxitos- la hora de ofrecerlas, de promocionarlas, de sacarlas al mundo siempre se sintió un obstáculo a la organicidad de todo el proceso. Y hasta esta semana no había notado lo que me limitaba de todo esto.
» Primer registro de lo que “no perseguir algo maquetado” me trae.
Esta semana me encontré pensando en cómo ofrecer mis servicios fuera de las redes sociales, en otros canales digitales y, por qué no, en el UNIVERSO OFFLINE.
Si no lo sabías, después de muchos años de pensármelo, decidí dejar mis redes sociales personales y profesionales.
Creo que el primer gran registro de este nuevo momento fue esencial y elemental: Pensar en mi receptor y ya no en el algoritmo.
Me pareció loco, curioso y PREOCUPANTE
darme cuenta cómo, durante todo este tiempo, el mecanismo de pensamiento en cuanto a mi comunicación personal-profesional había estado tintado por este detalle maquiavélico de pensar primero en el algoritmo y luego en el receptor.
¿Hasta qué punto toda mi comunicación viene funcionando en pos a algo equivocado y no al verdadero fuego creativo, del instinto, de la comunicación natural y orgánica?
Esto es lo que más me emociona de este nuevo momento sin redes, entrar en contacto con otros registros, experiencias, aprendizajes y formas de comunicar.
»» Dejar instagram y reconocer una parte de mi identidad al poco tiempo.
La creatividad, cuando le permitimos salirse del 1x1, 3:4 y 9:16, es muy agradecida. Se copa, como diríamos en Argentina. Se enrolla, como diríamos en España. Se muestra en plenitud.
De repente mi pensamiento sobre cómo ofrecer mis servicios me hizo conectar con otro insight igual de esencial:
Pienso en lo que a mi receptor podría gustarle porque a mi lo que me gusta es poner el foco en el servicio, en el cuidado, en esa nutrición que no me cansaré de mencionar y entretejer con mis espacios y propuestas.
Encontrarme con esa parte mía que sé que existe pero no había hilado con mi forma de comunicarme digitalmente fue un gran comienzo.
Si disfruto tanto de expresarme y hacer las cosas desde ese lugar que habito y ofrezco en mis espacios, por qué no esparcirlo también, con la misma confianza y convicción, en mi comunicación. Creo que es ahí donde puede comenzar un verdadero camino de emoción y disfrute.
»»» Diario Visual
Porque no me gusta instagram para mi vida pero sí me encanta compartir la fotografía ♡ aquí algunas de los últimos registros digitales, con algunas notas para acompañarlas.
Desde que comenzó el año tengo varios cuadernos, además de mis dos diarios. Cada uno tiene su función y su temática. De los cuadernos tengo tres:
El verde es para ideas, cosas creativas del trabajo, agenda, notas, to-do semanales, cuadros sinópticos y algunas cosas que le voy engrapando.
El rojo-marrón es para todo lo que no es laboral y solo son notas que quiero poder escribir aprovechando la libertad de la hoja en blanco, lisa, sin renglones. Ahí a veces escribo cosas que luego anexo a alguno de los diarios o dibujo mapas que termino de definir más tarde a qué otro cuaderno pertenecen. Es básicamente lugar de libre expresión.
El violeta es para mis relatos de Mujer Salvaje, un diario que me estoy regalando, una especie de legado-conversación con mi hijo, recopilando fragmentos de pensares y sentires sobre las cosas que me apasionan, emocionan y componen el mosaico de mi vida. Sin duda es el que más quiero, al que le dedico más cuidado, en el que experimento escribir desde diferentes lugares. Este cuaderno, que comenzó en una clase con
, siento que fue una forma nueva de habitar y compartir la escritura. Aquí sólo escribo en lápiz porque, según me dijeron, dura mucho más que la tinta, y mi intención es que sea uno de esos objetos que se mantienen vivos durante muchos años.
El lapiz es, junto a mi pluma, los materiales que más me gusta utilizar para escribir. Hace un tiempo comencé a cambiar los bolis por lapices, a recordar cuales son las “buenas” gomas de borrar, a disfrutar de una punta bien afilada. Otra forma de reivinidicar lo natural.
Estos son dos de los rincones desde los cuales te escribo. También desde ahí hago mis reuniones, doy mis clases y también las tomo. Siento que este trozo de espacio es donde más me gusta estar, me recuerda a mi casa anterior, a estar sutilmente separada del entorno por los cristales.
Llevo unos años entendiendo la importancia de los espacios como refugios creativos. Llevo la vida habitando distintos, saltando de país en país, de casa en casa. Entendiendo que dónde voy puedo construirlo, que no necesito mucho más que algo para escribir y un lugar dónde apoyar el cuaderno, el incienso o la vela. Que si no tengo hojas me sirven las bolsitas de vomitar del avión, la servilleta de bar, el flyer que me dieron en la calle.
Y desde acá también suelo crear, expresarme y disfrutar. El gallinero se volvió para todos en casa un lugar mágico, donde la luz pega distinto, da igual la hora. Donde siempre te reciben con alegría y donde se puede apreciar a simple vista lo simple y orgánica que puede ser la vida.
Desde que llegaron las gallinas hemos aprendido mucho. Primero a cuidarlas, segundo a entenderlas. Tercero, y no menos importante, a reconocer sus identidades, ver cómo cada una tiene una personalidad única. Como interactuan socialmente, qué dinámicas y formas habitan cotidianamente entre ellas.
Para mi una de las mejores cosas del año ha sido transitar el proceso de conocernos y re-conocernos. Traerlas a casa y desear que sintieran que estaban en un lugar seguro, ver cómo les costaba al principio pero poco a poco se iban soltando. Entre ellas y con nosotros.
El momento más mágico fue cuando por primera vez pude aupar a una, y poco a poco todas se fueron dejando. He sentido pocas texturas tan suaves como las plumas y cuerpos de las gallinas.
Y para concluir esta oda de amor por ellas, esto es lo que nos ofrecen a cambio de nuestro cuidado y cariño. La diversidad hecha alimento, una verdadera obra de arte de la naturaleza. Una variedad de colores que cada día me deja maravillada y enamorada. De ellas, de los ciclos, de la naturaleza en general.
Y hasta acá mi nota de hoy, espero que la hayas disfrutado y si te dejó algún comentario, pregunta o lo que sea, lo compartas conmigo de la forma que prefieras : )
Y aprovecho para mencionarte que:
» Si también te apasiona compartir sobre fotografía, cada mes tenemos dos encuentros de EL OBRADOR, un espacio donde nos juntamos a crear, compartir y dar espacio a nuestros proyectos personales.
Si te dan ganas, hasta julio (cuando se sumará algo muy guay que en breve te contaré) podés disfrutar un descuento:
Y hablando de fotografía,
cada mes comenzamos un nuevo curso grupal de fotografía INICIAL.
Este es el curso que hubiera amado hacer cuando comencé en este mundo fotográfico así que está creado, curado y preparado con mucho amor pero también lleno de herramientas, técnica, referencias, inspiración y muchas propuestas para aunar el mundo expresivo personal y la fotografía.
Te dejo el programa por acá, aunque en la tercera clase llevo dos ediciones sumando una píldora de Autorretrato
, así que tenlo en cuenta.
Un abrazo,
Lucía Cruda