La fotografía es mi forma de expresarme, de contar y contarme las cosas, de filtrar las emociones y encontrar una manera más natural y armónica de entender la vida.
¿Qué sentido tendría si no soy fiel a todo eso?
Escuché esta frase en un podcast y por múltiples razones se me instauró en la cabeza. Siento que está relacionado con todo lo que cuento en esta edición de hoy: “nuestras creencias crean identidad y esa identidad genera realidad”.
No podría compartir estas fotos desde un lugar real y honesto sin contextualizarlas de esta manera.
Sobre la fotografía y la memoria
Me acuerdo cosas aisladas del tema pero los registros que tengo persisten por estar grabados en la piel, son recuerdos sensoriales.
Me acuerdo de estar en en centro, en mar del plata, que sea verano, o al menos una noche cálida, caminando con mi hermana, papá y tal vez su esposa. Tendría unos 7 años. Cruzábamos la peatonal y nos encontramos con una especie de manifestación, pero des-contextualizada: era de noche, iban en silencio.
Recuerdo no entender nada, ¿quienes eran? ¿por qué iban todos juntos?, la energía que llevaban, las fotos, las caras en alto, blancas y negras pegadas en carteles, banderas. Recuerdo una sensación de incertidumbre; yo no entendía ni sábía de qué se trataba, pero lo sentí en la piel, una conexión emocional que no me dejó indiferente. Percibí claramente la tristeza y el dolor. Me resonó en el cuerpo entero.
La próxima anécdota al respecto es como a los 10/11 años, probablemente en 5to grado, colegio Unión de Sur. Mi aula queda en un pequeño primer piso, subiendo por una escalera justo al lado del portón de madera que daba al parque. Me acuerdo de ese pequeño trozo de especie de primera planta, con dos aulas y la biblioteca de Aida, en la que seguro ya era morosa.
No me acuerdo más que el estar viendo como la profesora leía una carta que había mandado mamá. Yo no sabía qué decía.
Me enteré luego que en la carta le avisaba que, en el caso que fuéramos de excursión al Faro (sitio donde históricamente había un centro de detención clandestino y ahora está la casa del faro, museo memoria ) yo no podía ir. Recuerdo mirarla y entender que pasaba algo pero no tener ni idea qué. También tengo una especie de memoria sobre la conversación que tuve luego con mamá sobre esto, pero muy difusa, incluso no estoy segura de que fuera real.
No recuerdo claramente como lo sentí en el cuerpo sólo que fue incómodo, sin entender bien qué pasaba, cual era el problema.
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